Apunte sobre escritura académica
Textos académicos
En toda carrera académica se espera que los estudiantes reconozcan, comprendan y sepan aplicar los conceptos fundamentales de una disciplina. Estos conocimientos deben expresarse en proyectos finales, como tesis, tesinas, ensayos, monografías o trabajos de investigación. Las evaluaciones deben trascender el cumplimiento de requisitos formales para la medición cuantitativa de lo aprendido y exigir el desarrollo de una producción propia: un trabajo original, encuadrado en un área determinada de estudio. En esta instancia, los estudiantes deben abordar un tema específico, identificar vacancias o propuestas de nuevas investigaciones y situar al lector en los campos en los cuales se inserta esta producción. Esta tarea implica un entramado de conceptos, ideas, datos, citas y como sostienen Scardamalia y Bereiter (1992): “transformar el conocimiento” (p. 44). En este sentido, el autor debe expresar el dominio del área, posicionarse como autoridad en el campo y poner “en relación su conocimiento preexistente con el conocimiento atribuido a sus potenciales lectores” (Molina y Carlino, 2012, p. 271). Es decir, además del saber adquirido, es necesario contar con estrategias para transmitirlo de manera adecuada.
La investigadora Paula Carlino sostiene que la escritura académica no es solo un medio de registro o comunicación, sino que debe tener potencial epistémico. Este potencial debe resultar del encuentro entre el conocimiento del tema con la situación que condiciona la redacción, como su destinatario y su propósito. En este sentido, plantea cuatro problemas que se deben resolver al momento de elaborar un escrito: 1. no tener en cuenta al lector, 2. desaprovechar la potencialidad epistémica, 3. revisar solo la superficie del texto y 4. postergar la escritura. Elvira Arnoux (2005), en un trabajo sobre la intervención pedagógica en la escritura de posgrado, agrega el inconveniente de la reformulación del trabajo. Por otro lado, resalta la importancia de la escritura académica para la transmisión y la construcción conceptual de conocimiento. En cuanto al acompañamiento, sostiene que la intervención didáctica que tutela el proceso debe darse en un marco de interacciones múltiples: entre pares, en un espacio de taller, o en encuentros tutoriales con coordinadores o directores de tesis. Algunas experiencias en este sentido son el Centro de Lectura y Escritura de la UNLaM (CLyE); el Centro de Escritura Académica de la Universidad de San Andrés, a cargo de María Marta García Negroni, y el Taller de Escritura y Argumentación de la carrera de Abogacía, de la Universidad Nacional de José C. Paz, a cargo de Martín Servelli, entre muchos otros.
Un escrito académico debe poseer, en el desarrollo del contenido, el sustento teórico que exige la currícula. Sin embargo, este saber debe cumplir ciertos requisitos formales que jerarquicen y respondan a parámetros establecidos: en primer lugar, una correcta redacción que cumpla con las reglas ortográficas y gramaticales del idioma; en segundo lugar, constituir una presentación coherente y cohesiva, respetar la macroestructura del género y cumplir con las normas de estilo requeridos por la institución (APA, Chicago, Harvard, Vancouver o alguna combinación), y por último, debe exponer una estructura discursiva específica que permita comunicar la información de manera efectiva.
Referencias
Arnoux, E., Borsinger, A., Carlino, P., Di Stefano, M., Pereira, C. y Silvestre, A. (2005). La intervención pedagógica en el proceso de escritura de tesis de posgrado. Revista de la Maestría en Salud Pública. Año 3, Nº 6.
Carlino, P., y Molina, M. E. (2012). Argumentación y potencialidad epistémica de la escritura. Aportes de la pragmadialéctica al modelo “transformar el conocimiento”. Memorias. IV Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología, XIX Jornadas de Investigación y Octavo Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Fac. de Psicología de la Univ. de Buenos Aires, (pp. 271–275). Buenos Aires. Obtenido de https://www.aacademica.org/paula.carlino/93.
Scardamalia, M., y Bereiter, C. (1992). Dos modelos explicativos de los procesos de composición escrita. Journal for the Study of Education and Development, Infancia y Aprendizaje, (pp. 43–64). Obtenido de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=48395.
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